Descubre cómo transforman tu billetera las tarjetas digitales y móviles.
En los últimos años, España ha vivido una auténtica revolución en la forma de pagar. La evolución tecnológica y la comodidad han impulsado un cambio de hábitos que repercute en consumidores y negocios. Hoy, el efectivo retrocede y emergen pagos con dispositivos móviles como protagonistas indiscutibles. Analizamos las cifras, motivaciones y tendencias que marcan el futuro de los pagos.
En 2024, el 57% de las transacciones físicas se realizó en efectivo, nueve puntos menos que en 2022. Mientras tanto, los pagos con tarjeta crecieron del 28% al 32% y los pagos con móvil casi duplicaron su cuota, del 4% al 7%. Estos cambios reflejan una clara preferencia por métodos más ágiles y seguros.
En valor de transacción, el efectivo representa hoy el 45% del total, frente al 51% de hace dos años. Las tarjetas mantienen un 37% estable y los pagos móviles alcanzan el 12%, duplicando también su participación en el valor. Este auge supone un antes y un después en la forma de entender el dinero.
La adopción de nuevas formas de pago responde sobre todo a la facilidad de uso y seguridad que ofrecen las soluciones digitales. La posibilidad de abonar con un simple gesto contactless o con un clic en el móvil ha calado en todos los segmentos de edad.
El sector HORECA lidera la transición: en 2023, los pagos no en efectivo crecieron un 8,8%, con un 65% de las transacciones realizadas con tarjeta. Bares, restaurantes y alojamientos registran tasas de crecimiento superiores al 14% anual, impulsados por turistas británicos, alemanes y franceses, que suponen más del 50% del gasto foráneo.
En bares y vida nocturna, el CAGR supera el 15,6%; en alojamientos, el 15,4%; y en restaurantes, el 14,9%. Esta corriente refuerza la imagen de España como destino moderno y tecnológico, donde la experiencia de pago se integra en la oferta turística.
Las compras por Internet casi se triplicaron entre 2019 y 2024. En el comercio online, el 51% de los pagos se realiza con tarjeta, el 26% a través de comercio online y soluciones digitales como carteras electrónicas y PayPal, y solo el 6% utiliza pagos inmediatos tipo Bizum.
Las wallets desbancan gradualmente al plástico físico gracias a su interoperabilidad con eSIM y tecnologías NFC. Según estimaciones globales, el mercado de pagos sin contacto superará los 91.800 millones de dólares en 2031, consolidando la tendencia hacia la la nueva cartera digital.
El efectivo lidera aún los pagos entre personas (43%), pero Bizum y otros sistemas de pagos inmediatos acaparan el 35%. Más del 55% de los consumidores ha utilizado estos servicios en 2024 y un 69% tiene acceso a ellos. La inmediatez y la gratuidad resultan claves en la expansión de este fenómeno.
El aumento de transacciones digitales va acompañado de una mayor sofisticación de fraudes, especialmente en operaciones no presenciales. Resulta esencial implementar medidas de seguridad avanzadas y cumplir con normativas como PCI-DSS nivel 1 y PSD2.
La digitalización y movilidad seguirán liderando la innovación en pagos. Se prevé la consolidación de carteras en wearables, dispositivos IoT y sistemas integrados en el coche conectado. La aparición de experiencias digitales sin fricción redefinirá el concepto de compra.
También veremos diversificación y personalización en métodos de pago, con propuestas basadas en IA que ofrecen ofertas y límites personalizados al instante. La interoperabilidad entre plataformas y la regulación europea serán determinantes para un crecimiento sostenible.
Para los comercios, el principal reto es adaptarse a estos nuevos sistemas sin perder eficiencia ni aumentar costes. Para los consumidores, la clave está en informarse y elegir la opción que ofrezca mayor seguridad y confort. Invertir en tecnologías, formación y colaboración con proveedores asegurará un ecosistema de pagos más ligero, ágil y seguro.
Referencias