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Invertir con propósito: Más allá de la ganancia

Invertir con propósito: Más allá de la ganancia

19/11/2025
Maryella Faratro
Invertir con propósito: Más allá de la ganancia

En un mundo donde las cifras financieras a menudo dominan las conversaciones, invertir con propósito emerge como una filosofía que trasciende el mero afán de lucro. Se trata de orientar nuestros capitales hacia proyectos que, además de generar rentabilidad, producen un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente.

Este enfoque incorpora la intencionalidad como parámetro de valoración, alineando cada decisión de inversión con valores personales y metas colectivas. En lugar de considerar solo rendimientos y riesgos, los inversores reflexionan sobre cómo sus recursos contribuyen a soluciones reales.

El significado y la esencia de la inversión con propósito

Invertir con propósito no es un simple adjetivo para diferenciar carteras: es un cambio de paradigma. Mientras la inversión tradicional persigue rendimiento financiero y social como objetivos separados, esta filosofía los fusiona, planteando un doble balance en cada decisión.

La clave radica en destinar capitales a empresas, proyectos o fondos que, además de rentar, reduzcan brechas sociales, mejoren prácticas medioambientales o fortalezcan comunidades. Así, cada aporte se convierte en un acto con sentido y responsabilidad.

Modelos y marcos de referencia

Para categorizar las oportunidades de inversión con propósito, es útil distinguir entre diferentes tipos de empresas:

  • Empresa social: Prioriza el impacto social y ambiental, aunque busca rentabilidad.
  • Empresa sostenible: Combina crecimiento económico con altos estándares éticos.
  • Empresa convencional: Se centra en la rentabilidad, con atención mínima al entorno.

El marco ABC aporta una guía metodológica para evaluar oportunidades:

  • A: Actuar para evitar daño.
  • B: Beneficiar a grupos de interés.
  • C: Contribuir a soluciones a desafíos sociales y ambientales.

Beneficios medibles y datos clave

Numerosos estudios demuestran que las organizaciones con propósito duplican su valor de mercado cuatro veces más rápido que sus pares tradicionales, logrando un rendimiento del capital superior al 5.9%. Esta ventaja se explica por una gestión de riesgos más sólida y un acceso al financiamiento más económico, gracias a su reputación.

Además, al segmentar la cartera según objetivos específicos (educación, energía renovable, vivienda asequible), los inversores obtienen una diversificación alineada con valores, mejorando su disciplina financiera y adaptándose con agilidad a cambios en el entorno.

Ventajas intangibles: más allá de los números

Invertir con propósito genera una serie de ganancias no financieras que impactan directamente en la sostenibilidad a largo plazo. La reputación corporativa mejora, fortaleciendo la legitimidad para operar y el vínculo con la comunidad.

Asimismo, existe un incentivo de innovación constante: las empresas con propósito desarrollan productos y servicios más eficientes y sostenibles, respondiendo a necesidades sociales reales. A nivel personal, los inversores experimentan un alto grado de satisfacción al saber que su capital contribuye al bien común.

Metodología y consejos prácticos

Para desplegar una estrategia de inversión con propósito, es fundamental estructurar la cartera por objetivos claros y medibles, no solo por clases de activos. Se recomienda seguir estos pasos:

  • Definir metas específicas (educación, salud, cambio climático).
  • Evaluar tolerancia al riesgo y horizonte temporal.
  • Seleccionar vehículos financieros (fondos sostenibles, bonos verdes).
  • Monitorear avances y ajustar la asignación periódicamente.

Iniciar con montos modestos permite calibrar la estrategia y ganar confianza, aumentando progresivamente el capital conforme se observen resultados e impacto.

Sectores destacados y casos reales

El sector inmobiliario en Chile ofrece retornos anuales superiores al 5% en proyectos que incorporan criterios de eficiencia energética y uso responsable del agua. Al mismo tiempo, los fondos de inversión sostenible y las empresas B han captado la atención de inversores institucionales por su solidez y compromiso ambiental.

En mercados emergentes, los bonos sociales financian programas de vivienda asequible y acceso a servicios básicos, generando una rentabilidad ajustada al riesgo comparable a la de instrumentos tradicionales.

Tendencias globales y relevancia social

El interés por la inversión de impacto ha crecido de manera sostenida. Organizaciones como las Principios para la Inversión Responsable (PRI) y la ONU reconocen la correlación entre criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) y el desempeño financiero.

Hoy, el inversor no es un simple generador de riqueza pasiva, sino un verdadero agente de cambio e impacto, capaz de redirigir flujos de capital hacia sociedades más equitativas y ecosistemas más resilientes.

Conclusión y llamado a la acción

Invertir con propósito ofrece una propuesta transformadora: demuestra que la rentabilidad y el compromiso social pueden coexistir de manera sinérgica. Se rompe el mito de que renunciar al lucro es imperativo para alcanzar un impacto positivo y se evidencia que, al contrario, el propósito puede ser una ventaja competitiva.

Hoy más que nunca, los inversores tienen la oportunidad de ser protagonistas de un cambio profundo. Es momento de alinear valores con resultados, reconfigurar carteras y sumar esfuerzos para impulsar un futuro más próspero y sostenible para todos.

Maryella Faratro

Sobre el Autor: Maryella Faratro

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